Trasplante De Organos

Gracias a los avances de distintas ramas del conocimiento ligadas a la medicina desde el siglo diecinueve se han desarrollado métodos para que personas con deficiencias en sus organismos puedan recibir de otros cuerpos órganos que pudieran aliviar y hasta resolver sus situaciones clínicas. A estos procedimientos se les llama trasplantes de órganos.
Los trasplantes de órganos son un procedimiento clínico mediante el cual una persona llamada dónate da uno o varios de sus órganos a otra que lo necesite para su salud, desprenderse de un órgano ya sea en vida o en la muerte requiere de un alto concepto humanista y de desprendimiento por lo que estos pueden considerarse como un enorme acto de amor solidario.
Algunos pensaran que es un asunto estrictamente medico ya que solo los facultados de la medicina pueden evaluar su viabilidad y practicarlo pero al igual que todas las actividades humanas estos pueden desnaturalizarse si no se practican bajo los preceptos éticos y morales.
Por eso es necesario el establecimiento de reglas claras y una adecuada legislación al respecto que permita hacer de esta practica una actividad dignificante para el ser humano.

En primer lugar se habla de donador vivo, que puede ser “donador vivo relacionado” que se refiere a aquel donador vivo que tenga una relación familiar con el paciente; por ejemplo, padre, hijo, hermano, etc.; o bien, “donador vivo no relacionado” en el que puede no existir relación familiar, pero si de afecto como lo es el caso de algún amigo. En segundo lugar se encuentra el “donador cadáver” referente a una persona en la que se ha demostrado "muerte cerebral". No debe confundirse con el paro cardiaco “hoy sabemos que la interrupción de las funciones cardiaca y respiratoria puede ser reversible”.

A pesar de que los trasplantes ofrecen la oportunidad de salud y de vida, aun es muy alta la población que espera, sin perspectiva alguna, una donación de órganos debido a una deficiente cultura al respecto. Por eso queremos exhortar vivamente a todo, a no dejarse vencer por el egoísmo, la apatía, el miedo o los prejuicios permitiendo que crezca en todos una conciencia cada vez más difundida del gran don de la vida, convirtiéndose en donadores de sus órganos, especialmente cuando éstos ya no les serán necesarios después de la muerte.